Este era de complexión robusta, estatura alta, su cara era algo sobrenatural y sus dientes eran como pequeños triángulos isósceles apuntando hacia abajo, parecidos a los de un tiburón
Era terrorífico verlo, algo peor que ver una simple pero horrible película de terror.
Pero no era sólo eso lo que hacía que la gente y cualquier vida marina o terrestre le temiera, si no que su forma de ser era espantosa y temible, por la calle asustaba a los pequeños que se encontraba a su paso, haciéndolos caer, llorar, que se tropezaran unos con otros y además que se cruzaran la calle cuando los semáforos aún estaban en verde. A las madres y padres de los niños también les causaba terror ya que como su profesión por maldición era ser buzo, se dedicaba por las tardes a dar “clases” de buceo, y las impartía de la peor manera posible que pudiera haber, se llevaba a la gente en lanchas a los lugares donde abundaban los tiburones y ahí mismo los arrojaba al mar para que bucearan, y según él esto les daría más audacia en caso de peligros en la mar. Así era el pobre gente metida en ese pueblo conviviendo día a día con el temible “tiburonazo” apodo que se ganó a pulso por tener el aspecto de estos mamíferos y por ser una terrible persona con los demás.
Una mañana nublada llegaron al pueblo unos niños exploradores, que buscaban aventura y diversión, no sabían que este pueblo era habitado por el tiburonazo así que ellos decidieron quedarse ahí por una noche, compraron en el pueblo provisiones ya que las que ellos traían ya habían llegado a su fin. Al llegar la noche a la luz de la luna alrededor de una gran fogata cantaban y comían deliciosos bombones tostados, nadie les había advertido ni por error que ese pueblo estaba acechado por la crueldad de este temible habitante, ya que toda la gente parecía paralizada del terror.
Tiburonazo estaba en su casa triturando a un pobre pececito arcoiris que había capturado durante sus clases de buceo en ese día, cuando escucho de repente unos cantos que parecieron molestarle al instante, como poseído salió de la casa buscando aquel ruido infernal que al parecer lastimaba sus bellos oídos, no paró hasta dar con el lugar donde se encontraban los pequeños exploradores entonando alegremente melodías tan alegres como la risa sin igual de un bebé.
Irrumpió en su campamento de una manera espeluznante gritando y golpeando cada cosa que se interponía en su camino, mientras los niños corrían de aquí para allá si saber en donde meterse o esconderse para que el monstruo no los lograra capturar, así paso una hora entre gritos ruidos y demás.
Un señor que rondaba por esos lugares y que era buen conocedor de las malévolas acciones de tiburonazo, decidió ir a auxiliar a los niños, se escabullo en un pozo donde ya se encontraban refugiados varios de ellos quienes artos y cansados de todo ese alboroto y acecho decidieron rebelarse ante tiburonazo así que idearon un plan para deshacerse de él.
Con ayuda de el señor y unos amigos del pueblo quienes también estaban artos del trato que recibían por parte de este ciudadano rodearon a tiburonazo y de inmediato comenzaron a dispararle sedantes, los cuales comenzaron a surtir efecto dejando a tiburonazo tirado como una enorme bestia. Los niños que ya habían ido a avisar al pueblo de lo que estaba aconteciendo para que estos prepararan una enorme pecera en la cual colocaron a tiburonazo para exhibirlo en la feria del pueblo junto a otros tiburones y animales acuáticos.
Poco a poco tiburonazo se fue dando cuenta encerrado en esa pecera mientras veía pasar a la gente a la que día con día acechaba que no era necesario ser tan cruel con ellos para que le dieran un poco de respeto y cariño, y trato de por lo menos en esa pecera enorme ser más bueno con los que lo rodeaban y
COLORIN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO. :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario