Dorothy despertó enredada en sábanas con olor a rosas. A medio vestir y con la puerta al baño a su izquierda y la ventana en su cara. Las cortinas eran tan transparentes que el sol le molestaba en los ojos. Se estiró un poco para despertar. Se talló los ojos con las manos. Tomó un poco de agua, del vaso que estaba en el tocador. Se puso sus lentes y vio la hora, 9:35. Recordó que ella no había estado sola. Buscó en la casa, en la cama, por la ventana. Pero no había nadie. Quiso correr al baño pero en la orilla de la cama no estaban sus pantuflas. Encontró sobre la almohada una hoja blanca de papel, doblada por la mitad con su nombre afuera. La abrió y leyó:
Buenos días mi amor. Te veías tan tranquila que no quise despertarte. Perdón por irme sin avisar. Espero que no te moleste que tomara tu chamarra, tuve frio al salir. Fue la noche más mágica de mi vida poder por fin dormir a tu lado. Esperé tanto tiempo pero valió la pena. La película de anoche estuvo muy bonita. No quise quedarme dormido antes del final, pero estaba un poco cansado.
Quiero que sepas que esta noche jamás la olvidaré. Nada ha sido más hermoso que esto. Nada superará tus caricias tiernas, tus besos tan dulces, tu manera de mirar. Nadie tiene tu piel suave y caliente, tu voz tierna, esa forma de amar. Ninguna otra mujer que aparezca en mi vida podrá sacarte de mi corazón. Debes saber que en mí siempre habrá un espacio para ti. Siempre serás la mujer de mi vida. Esa huella que dejas en mí nadie la podrá borrar.
Tardaste un poco en ganarte mi confianza. Pero ahora no hay nadie en quien confíe más que en ti. No hay nadie con quien disfrute más que contigo. Nadie que ame más que a ti. Todo te lo he dado, todo te conté. Las risas más divertidas han sido contigo. Las miradas más tiernas, los besos más dulces, todos contigo. Mis mejores momentos han sido a tu lado.
Desperté muy temprano y estaba en la ventana mirando el sol salir. La vista desde ahí es muy bonita ¿lo habías notado? Tal vez no, sé que no te tomas el tiempo para mirar con cuidado. Aunque he pensado que deberías hacerlo. La vida es demasiado bella para pasarla corriendo. Encontré tu piano. Las teclas están un poco empolvadas, y las hojas arrugadas, supongo hace mucho que no tocas. Creo que te preocupas demasiado por el trabajo y te has olvidado de las pequeñeces de la vida. Esos detalles que siempre valen la pena.
Si pudiera darte solo un consejo amor, ¡vive! Vive cada día como el último. No te detengas a pensarlo todo. Disfruta. No pierdas tiempo enojándote. Ríe.
Te ves hermosa durmiendo, tan dulce.
No te desesperes amor, sólo fui por café.
Posdata. Dejé tus pantuflas en la puerta del baño, sé que debes estar buscándolas.
Te amo.
Una sonrisa apareció en su cara inevitablemente. Se levantó de la cama, se puso una bata. Fue al baño a buscar sus pantuflas, como decía en la carta. En vez de eso encontró un papelito sobre el baño. Una vez más tenía su nombre afuera. Lo abrió y una lágrima rodó por su cara…
- Yo siempre te amaré, cada momento de mi vida. Y me dedicaré a que siempre sientas ese amor.
¿Quieres casarte conmigo?
Escuchó el sonido del cancel de la regadera abriéndose. No pudo evitar voltear. Rubén salió con un anillo en la mano y Dorothy brincó a sus brazos.
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